viernes, 8 de agosto de 2025

8 de Agosto

Un mordisquito en la nariz puede ser el Big Bang más divertido de todos los tiempos. Y desde el origen de esa maravillosa explosión no puedo parar de darle mordisquitos a todo intentando probar el sabor de mi vida a tu lado: sabor a montaña, agua, lluvia, sombra, nubes, sol y luna, desde el azúcar de tu sonrisa, hasta la sal de las lágrimas, pasando por la pimienta de nuestras coincidencias y a la amargura de cuando nos distanciamos. Todos los sabores son imprescindibles para aprender a cocinar mi amor por ti.  

Pero el mejor de los sabores es el consuelo de tus dedos dibujando vientos en mi brazo mientras coloreamos nuestro hogar. 

Y te miro y pienso que cómo es posible que te eche de menos aun estando conmigo. Y me asusto en muchas ocasiones como un niño porque temo que mi luz no sea suficiente para que me veas tras las tinieblas del espacio por el que volamos. 

Sigo volando a tu lado hacia este cielo estrellado donde todo parece quieto, pero dentro de mi siento que haces volar mi imaginación a la velocidad de la luz. Veo las cosquillas en mis dedos atravesando los océanos de fuego de tu pelo, navego por las aguas calmadas y dulces de tu mirada y descanso en tu sonrisa. A veces, parece que las estrellas se caen y todo se traga por la oscuridad, pero en esa tiniebla tus ojos son como dos luceros que me siempre me guian a casa. 

Me miras y frunces tú labio y me derrito. Y me deshago si me tropiezo contigo y te lastimo sin querer. Y aún pudiendo quedarme a oscuras seguiré echando de más en enseñar a bailar a las estrellas, echaré de más en buscar a luciérnagas que me ayuden a brillar para que me puedas ver y alumbrar donde necesites luz. Sigo volando y de puntillas siento que corremos por las olas de un cielo de espuma donde te miro e intento soñar como inventar los días en las noches y la oscuridad en cielos con luna.

Inventaría todas esas cosas solo por construir nuestra casa en los cielos y que me veas incluso si no brillo. Pero si me sonríes me enciendo como el sol que se besa con el mar al atardecer. 

Porque hay algo que no cambia y es que tu eres mi hogar y, aunque digan que uno no elige lo que sueña, yo elijo soñar contigo. Tú eres mi sueño. Tú eres mi hogar. Y estaré en casa con mi fuego, quizás no grande, quizás no gracioso, pero pequeñito y que baila cuando piensa en ti. 

Baila porque imagino el futuro que constriiremos juntos. Descubriríamos en las esquinas de nuestro hogar mundos que aún no se han narrado, iremos a la vía láctea a desayunar tostadas, navegaremos a sitios donde jugar y compartir con los demás nuestros amor y todos buscarían el calor de nuestro hogar como el sagrado refugio que crearemos, con un peludo de cuatro patas que protegería nuestro hogar. Y te besaré en todas las esquinas cada vez que me tropiece contigo, y te desearé las buenas noches todos los días. 

Intentaré seguir aprendiendo a escribir que te quiero. No sé si lo conseguiré, pero si se que lo seguiré intentando por siempre. Eso y que hoy brillo junto a ti un año más.

jueves, 8 de agosto de 2024

8 de Agosto

Ya 14 años desde que empecé a aprender a no pensar y empecé a tejer sueños despierto contigo.  La esperanza ahora es tejer un jardín coronado de estrellas, lleno de música y ladridos, de reposo y alegría. Bajo las promesas dibujadas en las olas de un océano nosotros hemos aprendido a planear; y si hemos aprendido a volar es porque hemos arriesgado a caer. 

Quisiera tejer un sueño en el que estar despierto, donde encontrarnos siempre al final del escondite entre los rincones de un hogar. 

Pero ese sueño solo son las ascuas de un fuego. La llama del sueño verdadero es tenerte a mi lado allá donde estemos. Porque en realidad el sueño siempre has sido, y serás, tú.


martes, 8 de agosto de 2023

8 de Agosto

Hoy es 8 de Agosto, y te echo de menos a pesar de que nunca te fuiste de mi lado. 

Todavía sigo teniendo el poder de regresar en el tiempo, hasta el momento en el que nuestro roce casi tocó  nuestras narices, en el momento en el que ninguno sabía lo que iba a pasar y cuando pasó nadie lo creyó. Pero tu mirada en la oscuridad me arrojaba a una piscina fresca de tranquilidad, que me decía que no debía preocuparme, que todo lo que podía salir de nuestra unión solo podía ser algo bueno.

Ese momento sigue cálido en mi corazón, después de ya 13 años, en la que la única mala suerte es no despertarme más a menudo a tu lado. Pero que las estrellas seguirán viendo y jugando a descubrir todas las formas que podemos inventar la manera hacernos llegar un te quiero.

Sea llorando, riendo, en la diversión o el aburrimiento. Pero siempre a tu lado. Siempre tomando tu mano.

Te amo.



lunes, 8 de agosto de 2022

8 de Agosto

Sueño que me acuesto a tu lado y hoy me despierto justo con ese deseo cumplido. ¿La primera vez que vivo ese sueño? No. Pero da igual las veces que pueda cumplirlo, no dejaré de pedírselo a las estrellas. Ellas me han dicho que no se aburren de ver el mismo milagro cada vez que vuelven a su posición del 8 de agosto. De hecho, dicen que el momento del beso es la mejor parte del baile. 

Porque nunca es el mismo. Siempre estamos reinventándolo, reviviéndolo, cambiándolo, pero con el mismo cariño de siempre. Siempre encontraremos maneras de inventar una nueva forma de decir te quiero, de vestirlo, aunque estén disfrazados de palabras como "POLLO". 

Es ridículo. Lo sé. Pero es que en la tontería y lo absurdo está la gracia de estar juntos. Después de todo, un beso me cambió toda la vida. Hasta el más pequeño gesto puede mover océanos.

Enamorado de ti, de tus manos, de tu mirada, de tu pelo, de tu risa, triste o alegre. Orgulloso de ti, de cómo eres, de tus méritos y de tus intentos. De esforzarte por lo que amas. Por todo. 


Te quiero. 

domingo, 8 de agosto de 2021

8 de Agosto

Mi juventud llegó tarde, en un momento en el que ya ni se la esperaba. O, mejor que eso, puede que llegara justo cuando más lo necesitaba. Llegó más tarde de lo esperado, sí, pero solo en el estricto sentido que dicta el tiempo, los años y la edad. Tampoco llegó de forma típica, apareció como contenido y no como continente. Nació como un estado que floreció en mi pecho a la primavera de tu compañía. 

Aún respira como un jardín, a pesar de las áridas sequías, cuidando siempre las mismas flores. Flores que no huelen ni a colegio ni a verbena, sino a la emoción de viajar en autobús y saber que en cualquier parada estarás tú, paseando casualmente; huele al abrazo tembloroso de la emoción de un reencuentro nuestro, y al paseo tranquilo bajo el crepúsculo por la ciudad; huele al arañazo a las agujas del reloj, con el que nos divertimos jugando a ganarle todos los segundos posibles, antes de tener que separarnos una vez más. 

Mi juventud huele a tu aroma acunado en el viento.

Y cada día es más florida y regada. Y sé que en ese jardín me apoyaré sobre ti, bajo la sombra de las hojas, y todas las tardes escucharé tu corazón sereno, rezando que todo estará bien.

Y sabré que ya pueden llegar los peores inviernos de mi vida, que las flores se encuentran en tu mirada, tus labios y tus manos, y eso siempre arrojará más luz que cualquier verano. Porque todo pasará, morirá y renacerá mientras que nuestro amor siempre permanecerá en nuestro pecho. Y ese, es un milagro mayor que cualquier primavera. Los otoños no importarán, porque la juventud no es cuestión de ninguna época, sino de como te hace vivir quién camina a tu lado.

Y yo siempre encontraré mil maneras de enamorarme de ti, igual que encontraré mil excusas para sentirme joven en nuestro jardín. Aquél que nos arrojará sombra y color para no tener que estar jugando a robarle segundos al reloj hasta volver a estar juntos.

Y estarlo, sin más.

Te quiero.



sábado, 8 de agosto de 2020

8 de Agosto

Me despierto soñando. Diez años han pasado y aún me pregunto por qué sigo sin dormir a tu lado. 

Pero me despierto soñando. Y sueño que me despierto queriendo construir para ti una escalera hacia el cielo. Por encima de un mar que no tiene sueño, mientras cantamos a través de la lluvia y el viento, esperando construir um castillo en el cielo hecho de besos. Allí donde se acabará el mundo pero empezará el nuestro.

Pero menuda tontería. ¿Tú y yo construyendo un castillo en el cielo? ¿En este mundo?

¿En un mundo donde estoy escribiendo que te acaricio en vez de despertar contigo y acariciarte?

¿En un mundo donde estoy juntando letras para  decir te quiero en vez de juntarnos para encontrar millones de formas de enamorarnos?

Me despierto y me doy cuenta que todo ese castillo parece un sueño inalcanzable en un mundo absurdamente complicado. 

Pero luego me doy cuenta de que todo ocurre en ese mismo mundo absurdo donde tú y yo nos seguimos amando. Y eso hace que todo pueda ocurrir. Que todo se pueda construir. Que me hace creer que la buena suerte existe y la podemos vivir.

Y eso incluye nuestro castillo en el cielo hecho de besos. Con su camino de tierra batida por nuestros por todos los pasos que andamos juntos. Con su horizonte de promesas donde podamos seguir recogiendo frutos a ese primer encuentro. Con sus paredes vacías para poder seguir pintando nuestras estrellas en ellas. 

Porque allá donde esté ese castillo en el cielo será hogar si estoy a tu lado. Será cualquier lugar donde te tome de la mano. Nuestro amor jugando en el barro. Aprendiendo con la mejor compañera de aventuras. a mancharnos y disfrutar. Seremos nosotros viviendo la vida. 

Este es mi beso de 8 de agosto. Un beso que no sé si construirá un castillo en el cielo, pero sí un hogar que en todas sus esquinas clame: 

Te quiero.



jueves, 8 de agosto de 2019

8 de Agosto

Pensaría uno que, después de tanto tiempo, ya no podría escribir más sobre el amor. Pero no es así. Igual que un corazón no deja de latir mientras tenga vida, uno no puede de dejar de dibujar en sangre los gestos que has impreso en mi durante nueve años.

Pero tampoco es tan difícil seguir escribiendo el 8 de agosto. Y te voy a contar el secreto por fin.

Es el siguiente.

Cuando yo intento escribir no soy yo el que escribe, sino que soy yo el que te lee. Porque interpreto tu sonrisa y tus lágrimas, tu forma de jugar conmigo, la fuerza y la ternura en tus abrazos…lo que pasa en realidad es que tú escribes lo que yo siento.

Siempre hablé de estrellas, de constelaciones, del tiempo que vuela. Pero nada de eso venía imaginado por mí. Todo ese paisaje lo decorabas tú, pero era un horizonte venido de tu presencia y mi sueño, que es tu presencia. Todo es una paradoja. Leerte es escribirte, besarte es besar un beso, escucharte es que mi mente quede en calmado silencio.

Cada año que pasa te beso más y más lejos.

Perdona tanta palabrería. A veces me obsesiono con buscar una nueva forma de besarte, una forma en la que me entiendas, o decirlo de forma emocionante, o hermosa o diferente…
Y a veces todo es tan sencillo como arrancarme las uñas y escribir simplemente que te quiero.

Quizás este sea mi beso más descarnado y sin disfraces. Aquí viene:

Te quiero.

Muchas veces solo eso basta.