jueves, 13 de febrero de 2014

Quise morir para llegar a donde los versos florecen, para traerte el más bello de cuantos crecen entre los rosales espinosos, supervivientes entre la sequía de la soledad y los riegos de las lágrimas. Pero no florecía ni en el sufrimiento ni en la felicidad, no se derramaba en tinta ni se borraba a golpes. Anduve por todo tipos de lugares en su busca y encontré una extraña verdad. El mejor de los versos es el que no se escribe, ni se puede pronunciar. El más bello de los versos está sellado en tus labios, mudo, misterioso y divertido. Mis besos son la manera de intentar robártelo, para poder decirte el más bello verso que nunca habías pronunciado, pero escondías en tu corazón.